Entrenamiento
del Taekwondo
Son múltiples las razones que pueden llevarnos a
practicar Taekwondo, aunque podemos resumir sus principales beneficios en sus
efectos físicos y mentales. Su actividad física influye sobre la salud y
bienestar, pero a la vez, el Taekwondo desarrolla aspectos mentales que
incrementan desde la autoestima, la confianza o la seguridad. Por eso, muchos
profesionales y preparadores físicos recomiendan la actividad para combatir
problemas respiratorios, musculares, estrés, entres otros.
La práctica fortalece la masa abdominal y la
musculatura en los miembros inferiores, además de mejorar la flexibilidad y
desarrollar la capacidad aeróbica y anaeróbica, por lo que acrecienta la
resistencia física general, desarrolla reflejos y mejora la conexión y
concentración en general, entre otras cosas. Sumado a que las formas corrigen
posturas, flexibilidad, equilibrio y coordinación.
A través de sus técnicas se aprende a ejercitar la
paciencia y perseverancia para superar dificultades. Su aplicación al combate
enseña coraje y humildad bajo el autocontrol de su poder, que marcan el respeto
y espíritu indomable del practicante. El secreto del entrenamiento en el
Taekwondo consiste en:
1. Estudiar la teoría de poder
2. Entender el método y propósito de cada técnica
3. Movilizar los pies, manos, ojos y respiración en una
única acción coordinada
4. Elegir el arma de ataque adecuada para cada punto
vital
5. Familiarizarse con el ángulo y la distancia correcta
de cada ataque y defensa
6. Mantener los brazos y piernas ligeramente
flexionadas al realizar cada movimiento
7. Los movimientos deben empezar con una acción hacia
atrás (salvo excepciones)
8. Una vez empezado no debe detenerse el movimiento
hasta que alcance el blanco
9. Crear el movimiento ondulante con el uso correcto de
las rodillas
10. Exhalar brusca y de manera corta en el momento del
golpe o defensa, salvo movimientos conectados, continuados o lentos.
Los siete sentidos
El entrenamiento permite ampliar la capacidad de
percepción. A los cinco sentidos básicos comprendidos en el gusto, la vista, el
olfato, el tacto y el oído; se pueden sumar dos, el equilibrio y el algésico o
de supervivencia.
Trabajar el sentido de equilibrio, a partir de trabajo
de retenciones, repeticiones o posiciones, se busca comprender la capacidad de
reencontrar la armonía corporal.
En tanto que recuperar la capacidad de reacción ante
el peligro, permite el desarrollo de acciones de contra golpe ante ataques o
situaciones de peligro.
La práctica del Taekwondo
Todas las formas del Taekwondo comienzan con una
defensa, porque su formación básica es preferentemente para defenderse no para
atacar. En tal sentido, se manifiesta contra la violencia y propicia la
paciencia y el diálogo para superar los conflictos. En sí, dota de seguridad al
niño, adolescente o adulto para marcar el respeto necesario para superar una
situación.
La enseñanza del Taekwondo supera la transmisión de
técnicas de defensa personal, implica una concepción filosófica sobre la vida, donde
el aprendizaje se centra en evitar una pelea antes que propiciarla, en
comprender que se pueden lograr cosas sin imponerse por la fuerza, como marca
de grandeza.
Por eso, el Taekwondo nutre la formación del niño, que
se descubre como persona, y que su práctica le brinda la posibilidad de tomar
conciencia de su cuerpo, de sus partes, y la capacidad de su control. Los
movimientos que brinda este arte marcial, le permite reconocer los dedos,
manos, pies y articulaciones, que son puestas en marcha en ejercicios y técnicas que abren y mejoran sus condiciones
para el desarrollo de su futura vida. Además de nutrir su mente a partir de la
concentración y disciplina, que le darán confianza en sí mismo.
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