El
Taekwondo tiene sus raíces en el Taek Kyon,
practicado en Corea hacia el año 700 en los reinos de Silla y Koguryo.
Con el tiempo se fue modificando y evolucionando en sus técnicas.
Antiguamente,
tres reinos componían Corea: Silla, fundado en el año 57 A.C. en la planicie de
Kyunju; Koguryo, constituido en el año 37 A.C. en el valle del río Yalu; y Paekche,
establecido en el año 18 A.C.
en el área sur oeste de la Península Coreana.
El Tae
Kyon se desarrolló por primera vez en el reino de Koguryo, pero es la nobleza
del reino de Silla que impulsa el desarrollo y la difusión de este arte a
través de Corea.
Como
evidencia de su práctica se encontraron dos imágenes talladas en piedra en la
torre gigante Kumgang del templo de Pulkuksa, en Kyunju antigua capital de
Silla, allí se reflejaba a dos gigantes enfrentados en posturas del Tae Kyon.
A su
vez, en los techos de MuyongChong y Kaktchuchong, tumbas de la dinastía
Koguryo, se encontraron pinturas, que datan de los años 3 a 427, donde destacan
guerreros practicando esta disciplina.
En el
mismo reino de Silla se crea un grupo de elite, llamado “Hwarang”, compuesto
por jóvenes guerreros entrenados en Tae Kyon, junto a tácticas militares,
esgrima, arquería, equitación y moral Budista.
La
reivindicación de este grupo estará presente en el nacionalismo coreano, que
tras la victoria de Silla, la península Coreana estaría unificada en un solo
país, Koryo, establecido en el 935 gracias a la dinastía (Koryo) que gobernó
por un período de 457 años. Con la dinastía Yi (1397 -1907) el arte tuvo una
gran difusión en la población en general, antes estaba restringido a la nobleza
militar.
Con la
ocupación japonesa desde 1910, la práctica del Tae kyon sería un eje
articulador del facciones clandestinas que tomaban estas artes nativas como
formas de identidad nacional.